Esta semana empiezan las vacaciones de verano en la mayoría de las comunidades. Dos meses y medio en los que podemos pasar tiempo de calidad con nuestros hijos, disfrutar de ellos y verles crecer felices al tiempo que practicamos alguna actividad juntos.
A todos nos gusta pasar unos días en la playa entre castillos de arena, pero si comparamos, la media de vacaciones familiares frente a estos dos meses y medio es muy corta, y ellos tienen mucho verano en el que pueden disfrutar, jugar y ser felices, pero también podemos sacar tiempo para seguir aprendiendo y con actividades didácticas. Por eso, te traemos cinco planes veraniegos enriquecedores para padres y niños.
– Asistir juntos a clases de natación. La natación tiene múltiples beneficios para la espalda y es una forma de entrenar todos los músculos del cuerpo. Pero además, ir a clases de natación con tus hijos les infundirá seguridad en el agua, y a ti te ayudará a perfeccionar tu estilo. Eso sí, no dejes de apuntarte a un gimnasio con piscina en otoño para seguir disfrutando de los beneficios de este deporte.
– Talleres de coaching para niños. Vivimos en un mundo en el que cada vez nos tenemos que preparar más jóvenes. El bulling y otros problemas escolares son, por desgracia, más comunes de lo que pensamos. En este tipo de talleres nos enseñarán a gestionar mejor las emociones en la escuela, a formar niños seguros de sí mismos y a sobrellevar la presión mejor, con todos los beneficios que eso conlleva en la vida adulta. Y para ti, vivir en primera persona cómo tu hijo piensa, se enfrenta a las situaciones y se relaciona con los demás, es algo que no tiene precio.
– Un día en un concierto de música clásica. La educación musical debe comenzar entre los 2 y los 5 años, momento en el que pueden descubrir y desarrollar sus capacidades expresivas y estímulos musicales. A partir de este momento, pueden también tomar sus propias acerca de gustos e instrumentos musicales. Un concierto de música clásica, con todos sus instrumentos y sonidos en directo, es una explosión para los sentidos que desde muy pequeños, pueden apreciar si les haces partícipes.
– Practicad un deporte nuevo, por ejemplo, el yoga. Casi todas las escuelas de yoga, o al menos las más especializadas, ponen a tu disposición clases de yoga para niños. ¿Por qué? Porque aunque no lo creas, los beneficios son múltiples: Estimulan la flexibilidad, la coordinación, la concentración, la seguridad en uno mismo, y la calma emocional. El niño que practica yoga mejora física, psíquica y moralmente.
– Asistid juntos a un taller, por ejemplo de reciclaje. El respeto por la naturaleza es algo que se tiene que aprender desde muy pequeños, y un modo de hacerlo es aprendiendo a reciclar, algo que está en nuestra mano y no es muy complicado. En un taller de reciclaje aprenderéis cómo separar los distintos residuos y cómo aprovecharlos para crear divertidas manualidades, algo que sin duda estimulará su creatividad.