El origen del ketchup, o su respuesta es algo que no encontrarás en las etiquetas de esta salsa. Hablamos de su origen histórico, claro. Tampoco es algo que que habitualmente surja en la conversación sobre si es adecuado, sobre si le “va” o le “pega” a ciertos alimentos. Pero igualmente un tema curioso, como veremos.
Origen del ketchup: un viaje hasta China
El asunto ya comienza con un giro quizá inesperado. Tenemos tan asociado el ketchup a las comidas rápidas de origen estadounidense que nos sorprenderá saber que no se inventó en el gigantesco país norteamericano. ¿Cuántos de vosotros habríais fallado en la respuesta? Ah, y ni siquiera surgió en el siglo pasado, el del boom de las hamburguesas o los perritos calientes, no. Tenemos que coger la máquina del tiempo e ir hasta el año 300 antes de Cristo, según las crónicas.
Y nada menos que hasta China. Es allí donde se utilizaba una especie de salmuera de pescado en escabeche que llevaba por nombre kôe-chiap. Como vemos, la palabra no ha evolucionado demasiado en tantos años. En 1727 apareció en un libro de recetas británico. No fue hasta el siglo XIX cuando se le añadió tomate, y fue Henry John Heinz quien comenzó a comercializarlo por todo Estados Unidos a finales de ese siglo. Su popularidad desde entonces no paró de crecer y hace años que dejó de ser un condimento “solo para jóvenes”, ya que hoy es uno de los condimentos más apreciados por personas de prácticamente toda edad.
Y es que con apenas ingredientes básicos como tomate, azúcar y vinagre, el ketchup se ha hecho un básico de la cocina moderna. Posiblemente, junto a la mayonesa, la salsa más consumida en todo el planeta. Entre sus muchas ventajas, además del sabor, cuenta con una que la hace imbatible frente a otros condimentos: es fácil y de duradera conservación. Podemos además llevarlo a cualquier lado porque para eso están las bolsas de ketchup Helios.
Fácil, práctico y limpio con Helios
Esas características hacen del ketchup un acompañante ideal para cualquier tipo de excursión. Ya sea entre amigos o en familia, o incluso si nos disponemos a salir de casa para ir al trabajo y llevamos algo para comer allí, las bolsas de ketchup Helios son un complemento perfecto. En porciones de 10 gramos, están pensadas para aportar la cantidad ideal sin la desventaja de que un recipiente más grande quede abierto y pueda estropearse.
Pensemos en una agradable jornada en el campo con los nuestros. En ese fin de semana largamente esperado o ese día en que decidís salir a hacer una excursión. El paisaje y la naturaleza se encargan de poner un marco incomparable. La diversión y la buena mano con la cocina la habréis puesto vosotros, con todo lo necesario para que el picnic sea el mejor descanso que os merecéis. Y el toque perfecto puede estar en algo tan pequeño, pero decisivo, como estas bolsitas de ketchup para acompañar, por ejemplo, esas patatas fritas que rodean unos clásicos filetes empanados.
¿Una barbacoa en el jardín? Imaginemos la escena: en la mesa ya esperan los más hambrientos de la casa a que lleguen del chef esas hamburguesas y perritos calientes. De nuevo, el ketchup se hace imprescindible y está presente de una manera práctica, limpia y sin robar espacio en la mesa. ¿Verdad que te está apeteciendo disfrutar de esta salsa tan irresistible y con tanta historia?