¿Has escuchado alguna vez hablar de las filloas gallegas? Si la respuesta es sí, es muy posible que además sea uno de tus postres favoritos. A quien lo prueba, le encanta. Si por el contrario esas palabras no te suenan de nada, tranquilo, porque has venido a dar al sitio más indicado para conocerlas. Te aseguramos que vas a terminar de leernos queriendo probar este dulce tan tradicional y delicioso. ¿Estás preparado para este nuevo viaje al mejor sabor con Helios?
Y este es precisamente un viaje que nos hace retroceder bastante en el tiempo. Unos cuantos siglos atrás. Concretamente, hasta la época de los romanos, que ya tomaban unas masas de harina, agua y huevos preparadas al fuego que son el antecedente de las actuales filloas. Aunque en todo el mundo se toman algunos dulces parecidos, como las pancakes o las crêpes, las filloas son muy propias de Galicia, donde es costumbre que se cocinasen siempre en la época de la matanza, alrededor del otoño y el invierno, y también durante el carnaval.
Hoy en día, es un postre tan querido que se ha hecho popular que pueda prepararse en casa en cualquier momento del año. Las filloas forman parte de un concepto que también puede que te resulte novedoso. Hablamos de la llamada “fruta de sartén”, alimentos que son fritos en ese utensilio pero que pertenecen al ámbito de la repostería. No son frutas, aunque toman ese nombre por consumirse al final de una comida. Seguro que muchas te suenan: buñuelos, hojuelas, paparajotes, pestiños, churros o las propias filloas.
Las filloas gallegas, un dulce familiar con el toque Helios
Preparar tus propias filloas caseras es muy sencillo. Basta seguir los siguientes pasos. Lo primero, asegúrate de disponer de todos los ingredientes necesarios. Es muy fácil que los tengas a mano: harina de trigo, huevos, leche, agua, sal, azúcar y un trocito de tocino o, si no, mantequilla o aceite. De los toques maestros hablaremos después. El paso inicial es cocinar la masa líquida con los ingredientes batidos antes citados, a excepción de la harina, que se añade al final. Seguimos batiendo para que el resultado sea lo suficientemente fino. Cuando lo tengamos, la masa líquida debe reposar durante una hora en un lugar fresco.
Lo siguiente es utilizar el trocito de tocino, o en su defecto mantequilla o aceite, para engrasar la sartén. Es ahí donde vamos a verter la cantidad de masa líquida suficiente como para que se cubra el fondo. Remueve hasta lograr una capa fina, que no esté muy dorada, y dale la vuelta. En cuanto esté listo el otro lado, ve poniendo cada filloa en un montón sobre un plato. Ya tienes listas para comer tus filloas caseras. ¿A que es sencillo?
Y lo mejor viene ahora. A mucha gente le gusta comer las filloas de la manera más clásica, solo con un poco de azúcar o canela. Pero te proponemos varias maneras de mejorarlas. Helios te ofrece muchas posibilidades para darles ese toque especial que hará las delicias de todos en casa. Pruébalas con nuestras mermeladas o confituras más clásicas, con membrillo para los más tradicionales, o también con la dulzura de la miel, los siropes y nuestra crema de cacao. Conocerás una nueva dimensión del sabor.