La salsa boloñesa es uno de los grandes inventos de la humanidad. No exageramos. Todos hemos comprobado cómo un plato de pasta mejora de manera irresistible con un poco de esta deliciosa salsa bañándolo por encima. Y es que no es por ningún motivo que sea uno de los condimentos más utilizados y apreciados en todo el mundo. Una buena boloñesa le gusta a todos, tanto a grandes como, por supuesto, a los más pequeños de la casa. Y a veces es el toque secreto para que una gran comida o velada familiar salga a pedir de boca.
Pero, un momento. Detengámonos durante un instante en la historia y el origen de esta salsa. ¿Es realmente de Bolonia? ¿Cuándo empezó a consumirse de forma habitual? De paso, nos llevamos una clase de Historia, porque lo cierto es que para que la salsa boloñesa como tal se empezase a popularizar hubo que esperar hasta el descubrimiento de América. Fue entonces, a partir de finales del siglo XV, cuando empezaron a llegar al viejo continente, a Europa, alimentos como el tomate.
Y fue particularmente en la ciudad de Bolonia, situada en la región de Emilia-Romaña, en el centro de lo que hoy es Italia, donde adquirió fama internacional. Al ser una ciudad eminentemente universitaria, incluso hoy en día, sus profesores y alumnos, al ir al extranjero, llevaron también consigo esta salsa hecha principalmente de tomate, algunas hortalizas y trozos de carne, normalmente de vaca. A este condimento, su contacto con la cercana cocina francesa le dio el nombre de “ragú a la boloñesa” con el que se la conoce también en la actualidad.
La salsa boloñesa que no puede faltar en casa
Si estás pensando que la salsa boloñesa se usa únicamente para los espaguetis, déjanos decirte que hay mucho más allá de ese tópico. Es cierto que el mundo del cine se ha encargado, a través de películas como “El Padrino”, de popularizarlos, pero no olvidemos que en series como “Los Soprano” se consumía la boloñesa con la pasta llamada “fettuccine”. Y es que en la propia Bolonia y alrededores, en realidad en toda Italia, encontrarás que lo habitual es que la boloñesa acompañe el tipo de pasta que allí conocen como “tagliatelle”, nuestros tallarines, y también pasta rellena como los clásicos “tortellini” o “raviolis”.
Todas ellas son ideas para combinar con esta salsa, que encontrarás en nuestro catálogo. Prueba también deliciosas lasañas y canelones a la boloñesa, ¡no hay nada más italiano! A los más pequeños les encantarán. En efecto, la salsa boloñesa puede actuar como relleno de los mejores platos.
Puedes hacer la prueba rellenando verduras como calabacines o calabazas con salsa boloñesa. Les dará un toque sabroso que hará furor en casa. En hojaldre o crepes también gustarán, y no solo a los niños. Combínalos además con pan para hacer deliciosos “bocaditos” tipo “panini” italiano al gratinarlos en el horno. Y, por último, dos especialidades que se convertirán en clásicos caseros: bombas de patata y champiñones rellenos de salsa boloñesa Helios. ¡Para no dejar nada en el plato!