¿A quien no le gusta una cremosa cheesecake? Es por todo el mundo sabido que de un tiempo a esta parte las tartas de queso, las llamadas cheesecake en inglés, se han convertido en uno de los postres más habituales a nuestro alcance. Y es que podemos decir que es lógico. La mezcla perfecta que consiguen sus ingredientes, junto a una llamativa y colorida presentación, da como resultado un tipo de tarta a la que es muy difícil, casi imposible, que alguien se resista.
El origen de la tarta de queso tal y como hoy la conocemos es curioso. Se equivoca quien piense que nació en el país que más la ha popularizado a través de sus películas, Estados Unidos. Parece que hace ya cuatro mil años, los habitantes de la Antigua Grecia consumían una especie de tarta de queso que tenía buena fama como reconstituyente para los atletas olímpicos. Era una mezcla entre queso, miel y harina de trigo que después se extendió a través del Imperio Romano. Así, desde zonas como la actual Gran Bretaña, llegaría mediante la migración, siglos después, ya más cerca de nuestra época, hasta los Estados Unidos.
El queso es el ingrediente fundamental para esta tarta. Tanto es así que incluso le da el nombre. De hecho, la fama de la cheesecake desde Estados Unidos hacia el mundo tiene que ver también con la popularidad del queso crema. Fue inventado en ese país a finales del siglo XIX. Aunque es el tipo que más suele usarse para elaborar esta tarta, no es el único, ya que pueden usarse otros como la “ricotta” o el “mascarpone” italianos, el “feta” griego, azules franceses o incluso algunos de nuestros quesos tiernos de cabra.
El toque maestro que convertirá a tu cheesecake en la mejor
Pero dejémonos de tanta Historia y volvamos al presente. Seguro que estás pensando en cómo poder conseguir la tarta de queso perfecta. Cómo lograr que tu cheesecake sea la mejor y que con ella se quede todo el mundo boquiabierto, tanto tus invitados como tu propia familia. Y es que a los más pequeños les encanta. Normal, con ese sabor, esa presentación y esos ingredientes… Pero vayamos a lo que nos ocupa: la cheesecake ideal.
Seguro que tienes controlados los ingredientes. En esencia, son, como decíamos, el queso crema o cualquiera de sus variantes, el azúcar y los huevos para el relleno, por un lado. Y, por otro, galletas y mantequilla para la base crujiente. Una vez hecha la tarta al modo tradicional, montadas ambas partes y horneadas, se deja enfriar en la nevera hasta más o menos media hora antes de consumir y… Y entonces, justo en ese momento, viene el toque maestro con Helios.
Justo en ese momento y no en otro, porque así vas a conservar la textura ideal de la tarta, es cuando vas a añadirle alguna de nuestras mermeladas y confituras naturales. Elige entre las de fresa, frambuesa, frutas del bosque, arándanos o incluso mora. La presentación será insuperable. Pero lo más importante es que el sabor natural, con la garantía de máxima calidad Helios, de las mermeladas y confituras, sumada al contraste de la dulzura de estas con la tarta, hará que todos se chupen los dedos. ¡Ñam!