No hay nada mejor para que los niños desarrollen su amor por la cocina que inculcarles el valor por los alimentos, el trabajo que cuesta elaborarlos y la pasión por compartir buenos ratos en familia en el ámbito de la cocina. Por eso hoy nos ponemos los delantales en familia y a encender los fogones, ¡consejos para cocinar con niños desde que son bebés!
0-1 AÑO: HÁBLALE MIENTRAS COME
Esta técnica, que se conoce como Alimentación perceptiva, consiste en hablar a tu bebé desde que comienza a probar los primeros alimentos tras la lactancia. Ten en cuenta que este descubrimiento sensorial de los sabores, las texturas y los olores de la comida es una de las cosas más importantes, y les puede influir en su relación futura con los alimentos.
¡Cuéntale qué está comiendo, incentívale y presta atención a sus reacciones y emociones!
2-3 AÑOS: EXPERIMENTOS CULINARIOS
A esta edad, todavía no rechazan las verduras y frutas por lo que puede ser un buen momento para que te ayuden a experimentar en la cocina y que ellos mismos vayan familiarizándose con los alimentos. Sería interesante, por ejemplo, que te vieran realizar sus purés mientras vas llamando a cada ingrediente por su nombre para que lo repitan como si se tratase de un juego.
Recuerda que, en la educación, el ingrediente lúdico es el más importante 😉
4-5 AÑOS: ¿LOS PRIMEROS PROBLEMAS?
Es un hecho que, en realidad, casi el 90% de los niños pasa al menos una larga etapa de “mal comedor” que suele comenzar en estos años. Y llegados a este punto, ¿qué podemos hacer?
Pues hay cantidad de consejos destinados a sobrellevar esta etapa en la que todo lo verde y los olores fuertes les produce rechazo y más de una llantina, por ejemplo:
- Haz la comida ‘atractiva’: Disfraza las verduras mezclándolas con tomate y pasta.
- Pon nombres divertidos a los platos, ¿por qué no debe existir un plato que se llame como el rey o reina de la casa? O como papá, la abuela…
- Haz de todo un juego: Prueba a vendarte los ojos y él te dará alimentos a probar, después debes hacer tú lo mismo con ellos.
6-7 AÑOS: JUGAR A SER MAYORES
No hay nada mejor para estimular su apetito haciéndole partícipe del proceso de creación en una receta. Todo niño puede, por ejemplo, cascar un huevo, añadirle harina a un bizcocho o exprimir una naranja. Ser parte integrante del proceso de creación les hará un poquito más adultos, y los adultos ya se sabe, comen de todo.
8-10 AÑOS: LA MADUREZ
Si has aplicado todos los consejos anteriores, probablemente a estas edades ya hayas logrado contagiarles un poco de pasión por la cocina. Tus hijos se hacen mayores y cada vez pueden ayudarte más. Otórgales tareas con más responsabilidad como trocear fruta (¡con mucho cuidado!), estar pendientes del tiempo de cocción o de horneado de los alimentos o de la preparación de la receta en su totalidad para los más valientes.