El membrillo puede que sea un gran desconocido para el gran público mayoritario. Sin embargo, tanto su tradición como su sabor lo convierten en un alimento que, una vez convenientemente descubierto, puede hacerse un hueco entre nuestros favoritos.
Aquellas tardes en las que merendábamos membrillo con los abuelos no deberían perderse. Es algo que podemos hacer ahora en familia gracias a Helios. Pero, ¿de qué hablamos cuando hablamos de membrillo?
¿Qué es el membrillo?
El fruto del membrillo procede de una planta de la familia de las rosáceas. Su origen hay que buscarlo en el Cáucaso, en el sudoeste de Asia, comprendiendo los países de Irán o Turquía. Su temporada va de los meses de julio y agosto a septiembre. El árbol del membrillo comparte parentesco con el manzano y el peral, por ejemplo. Es de color amarillo y su pulpa es dura y aromática, pero no suele comerse crudo.
Esto es debido a su característico sabor agrio. Es por ello que la manera más popular de consumirlo es en mermelada o compota, lo que se conoce como dulce de membrillo. Se cuecen trozos de la fruta hasta obtener una pasta mezclada con azúcar. Después, se deja enfriar hasta que adquiere una textura semisólida.
El dulce de membrillo es muy popular en toda la Península Ibérica y las Islas Canarias. También en la gastronomía latinoamericana, desde Costa Rica hasta Argentina pasando por Colombia o Venezuela. Y asimismo se consume en países mediterráneos como Francia, Italia o Grecia.
Un clásico que no pasa de moda
A partir de que tenemos el dulce de membrillo, sus usos son variados, pues la del membrillo es una tradición que continúa vigente. Puedes comprobarlo tú mismo: una merienda reunidos en torno a una mesa donde esté presente el dulce de membrillo es sinónimo casi seguro de una tarde placentera en familia. Un clásico que pasa de generación en generación y nunca pasa de moda.
A los niños les encanta su dulzura y a padres y abuelos les recordará a momentos felices de infancia. Las posibilidades de presentación y combinación son muchas. Podemos tomarlo solo para degustarlo de manera más pura o en una unión también clásica con algún queso. Ese es su maridaje más clásico.
Pero si te apetece puedes atreverte, sin riesgo a equivocarte para el paladar, a combinarlo con galletas, canapés de foie o con frutos secos como nueces o almendras. También a lanzarte a la repostería con el membrillo como aliado, por ejemplo a la hora de cocinar un bizcocho o una tarta de queso. Y, ¿has probado alguna vez las empanadillas rellenas con dulce de membrillo?
Toda esa diversidad es posible de la manera más cómoda y práctica con los diferentes formatos de membrillo de Helios. Ya sea en picos, en lingote, en envase antigoteo, ecológico o en nuestra gama diet, sin azúcares añadidos y apto para diabéticos que esta casa pone a tu disposición. Toda una inolvidable dulzura potenciando un sabor con mucha personalidad y lleno de recuerdos imborrables.