Aprende con Helios a preparar una exquisita tabla de quesos. A continuación te lo vamos a contar todo acerca de esta original y siempre sugerente manera de presentar uno de esos alimentos que sin duda ninguna se cuentan entre nuestros favoritos. Y es que hablar de quesos es hablar de una de las grandes maravillas de la naturaleza, de uno de esos regalos que más disfrutamos en una mesa y, algo también nos gusta mucho, en buena compañía. Las tablas de quesos, concretamente, son una de esas presentaciones que nos recuerdan que la comida es también un acto social.
El punto de partida del queso es la leche que nos dan animales como la vaca, la oveja o la cabra. Cuando sus proteínas se coagulan el líquido pasa a formato sólido. Una vez se ha cuajado y se ha extraído el suero o parte líquida que todavía permanece en él, algunos quesos pasan a ser madurados. Esto significa que se les deja pasar determinado tiempo, que pueden ser incluso años, a unas determinadas condiciones de temperatura y humedad. Hay muchas diferencias entre los quesos frescos y aquellos más curados.
En efecto, podemos establecer varias categorías de quesos. Según su origen, si son de leche de vaca, de oveja o de cabra, fundamentalmente. Según su consistencia, pueden ser blandos, como la ricotta o el queso de Burgos, o duros, como el parmesano. Como decíamos, según su proceso de maduración pueden ser frescos, si no se han sometido a este, como es el caso de la célebre mozzarella, o más curados, que pueden ir desde el edam al cheddar o al manchego viejo. Por último, no debemos olvidar que hay quesos en cuyo resultado intervienen algunos hongos, como el gorgonzola, el cabrales o el roquefort.
Tabla de quesos y Helios, una combinación perfecta
Y ahora, ¿cómo debemos preparar una tabla de quesos? Primero, es aconsejable que los sirvamos en una tabla de madera o, si no disponemos de una, sí al menos una superficie de pizarra, vidrio o cerámica que no sea porosa, así la limpiaremos de forma más fácil. Siguiente paso: calcular cuántos comensales vamos a ser para así poder tener clara la cantidad de queso que vamos a servir. Las cifras orientativas suelen ser poner unos ochenta gramos por persona repartidos entre unos cinco tipos de queso diferentes.
El paso de la elección de los quesos es crucial. Te recomendamos que presentes una tabla variada teniendo en cuenta las características de cada uno de ellos. Puedes empezar por un queso de oveja tierno para pasar después a alguno más cremoso, como los brie o camembert, y posteriormente a los semicurados, como el manchego o el Idiazábal. Después, puedes seguir con alguno de tipo duro, como un parmesano, y terminar con los azules o nuestro cabrales. Ah, y asegúrate de colocarlos en el sentido de las agujas del reloj para comerlos en orden de menor a mayor intensidad.
Una buena tabla de quesos multiplica su atractivo si le añadimos un buen maridaje. Ya sabes, se trata de esa unión entre dos alimentos que le sienta tan bien al sabor de cada uno de ellos. Las confituras naturales de Helios son perfectas para ello. Prueba la de frambuesa o la de fresa con los quesos más cremosos. O la de frutas tropicales con alguno más semicurado. Y sorpréndete con la combinación entre la confitura de higo negro y los quesos más intensos. Prepara tu tabla de quesos ¡y a disfrutar!