¿Por qué se considera a la manzana como el fruto prohibido?

Tradicionalmente, se ha hablado de la manzana como fruto prohibido. Pero, ¿por qué es así?. Para encontrar la respuesta a este interrogante debemos irnos nada menos que hasta la Biblia. Es una historia interesante.

Uno de los libros que conforman el Antiguo Testamento es el de la narración el Génesis. En él, está contado el origen del mundo y del género humano. Y es en él donde situamos a Adán y a Eva, según el relato judeocristiano primeros pobladores de la Tierra. Moradores del Paraíso, fueron expulsados de este cuando desobedecieron el mandato de “no comer del fruto del árbol del Bien y del Mal”. La relación de este con la manzana se ha debido a un error de traducción.

En Europa Occidental, se ha pensado siempre en una manzana como el fruto prohibido tras la traducción del hebreo al latín que Jerónimo de Estridón hizo de las Escrituras en el siglo IV. Este identificó el término hebreo “peri”, de fruta en genérico, por “malum”, manzana en latín. Algo que se ha trascendido más allá de los siglos, hasta hoy. En la cultura popular, en conversaciones o en películas, se sigue considerando a la manzana como el fruto prohibido. En el mundo del Arte, famosas obras de los pintores Durero o Tiziano también han contribuido a esta mitología.

¿El fruto prohibido era manzana, uva o higo?

Algunas de las posibilidades que barajan los expertos en el tema, acerca de sobre qué fruta podría tratarse aquel mordisco histórico, hablan de la uva o el higo. Curiosamente, todas ellas, desde la manzana a estas últimas tienen una destacada representación en el catálogo de Helios. Más que “prohibidas”, se trata de frutas sabrosas llamadas a llenar de vida nuestros platos desde primera hora de la mañana a la noche.

Los desayunos de pan tostado con alguna de nuestras variantes de manzana son ya un clásico. La mermelada extra, recolectada a mano, con una pieza de fruta y media de Navarra, Aragón, Cataluña y La Rioja por cada envase de 340 gramos, ha acompañado la primera comida de varias generaciones. Un nuevo favorito de cada casa son también el untable ecológico con 70% de fruta y la mermelada 0% sin azúcares añadidos, base para una repostería saludable.

La uva está presente en nuestro cocktail de frutas en almíbar ligero. Al fruto de la vid lo acompañan melocotón, pera, piña y cereza, una mezcla ideal como postre o aperitivo ligero. Se trata de un alimento rico en antioxidantes, diurético y con alto contenido en fibra.

Mención aparte merece el abanico de posibilidades que presenta la otra de las posibles frutas “prohibidas”, el higo. No puede faltar aquí la mermelada extra, con materia prima de los campos de Toledo y del Valle del Jerte extremeño. Tampoco la Purafruta para untar de higo negro. Ni la confitura natural, que marida a la perfección con alimentos como el foie y el queso, especialmente los semicurados y curados cuya intensidad sabe complementar el sabor del higo. Más allá de su etiqueta de prohibidos en la Historia, se trata de frutos deliciosos y al alcance de cada paladar.

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