Sabemos que la salsa boloñesa es uno de los complementos más utilizados del mundo. Y no en vano también uno de los más apreciados. No es ningún secreto que gusta tanto a adultos como especialmente a los niños. Su acompañamiento -y no solo en pasta, como veremos- en un plato es garantía de éxito del mismo. Pero, ¿alguna vez te has preguntado cuál es su origen, cuál es la historia de la salsa boloñesa? Aquí te lo vamos a contar.
Salsa boloñesa… ¿de Bolonia?
Una pregunta surge si pensamos acerca de ese punto de partida. ¿Viene realmente de la ciudad italiana de Bolonia esta salsa? La respuesta es que debemos irnos tan atrás como hasta la Antigua Roma, donde esta salsa se hizo popular y después traspasó las fronteras de lo que hoy es Italia llegando hasta la Galia o el actual territorio de Francia. Lo que sí que es cierto es que fue en la ciudad de Bolonia donde se acabó de hacer famosa hacia la Edad Media.
Fue tras la llegada del tomate procedente de América. Y la razón de su unión con Bolonia la encontramos en que la ciudad tenía, y sigue teniendo, una de las universidades más prestigiosas de Europa. Por ella circulaban alumnos y profesores que después, por medio mundo, extenderían las bondades de esta salsa con carne, llamada también y con influencia francesa en el nombre, “ragú a la boloñesa”. A finales del siglo XIX, el escritor Pellegrino Artusi la incluyó en uno de los más célebres libros sobre gastronomía italiana.
A partir de ahí su ascenso por restaurantes y cocinas particulares fue fulgurante. Fue especialmente importante cómo se introdujo, a través de la emigración italiana, en los Estados Unidos y en el Reino Unido. Así se hizo definitivamente universal el plato de espaguetis a la boloñesa, un fijo en prácticamente cualquier menú del mundo. Una advertencia, eso sí: Bolonia y sus alrededores, debes saber que lo más parecido que encontrarás son los tagliatelle, o tallarines, al ragú. En ese país, la receta está oficialmente depositada en la Academia Italiana de la Cocina. Diferentes variaciones han aparecido en películas como “El Padrino” o series como “Los Soprano”.
Carne de vaca y tomates seleccionados: nuestro secreto para la mejor salsa boloñesa
Lo bueno de alimentos tan exquisitos como la salsa boloñesa es que cada uno puede hacer su propia versión. Es este además un acompañamiento que, es obvio, es ideal para todo tipo de pastas. Tanto espaguetis como tallarines o, por qué no, la pasta rellena como tortellini o raviolis son un matrimonio perfecto para esta salsa. También es un ingrediente fundamental para preparar una lasaña. Por ejemplo, esta con verduras.
La cosa no acaba ahí. La salsa boloñesa puede servirnos tanto de topping por encima de la comida principal (la pasta, por ejemplo), como de relleno. Como condimento del primer grupo, su rico sabor combina especialmente bien potenciando el del pan o las patatas.
Te daremos algunas ideas para que pruebes. Una es aplicarle unas cucharadas de salsa a porciones de pan cortadas a la mitad para hacer unos sabrosos paninis. Y echando por encima de unas patatas cocidas una generosa ración de boloñesa y queso rallado, y gratinándolo todo en el horno, tendrás una guarnición insuperable. Como relleno, las posibilidades son también enormes, tanto en canelones, como en “bombas” o en champiñones.
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