En los últimos años, el sirope de agave se ha hecho un hueco en muchas cocinas. Y los hábitos culinarios de un buen número de personas. Podríamos decir que se ha puesto de moda. Sus cualidades saludables como endulzante le han ayudado para ello. Pero, ¿qué es, cuál es su origen y qué posibles usos podemos darle en nuestra búsqueda de una vida más sana?
¿Qué es el agave?
El agave es una planta de la especie conocida como de las suculentas. Se trata de aquellas que poseen un órgano con alta capacidad de reserva de agua. Pueden mantener este líquido durante grandes periodos de tiempo y esta es una de las características que las hace idóneas para la supervivencia durante largas etapas de sequía en climas áridos o desérticos.
El aloe vera sería otro ejemplo de suculenta, aunque el agave también es similar en forma al cactus. Este, sin embargo, a pesar de haber tenido una evolución paralela, pertenece a las cactáceas. Podemos encontrar agave, principalmente, en la América tropical y caribeña, con México como país productor más destacado.
Es de las hojas del agave de donde se extrae la savia con la que se hará el sirope. Esa savia puede incluso tomarse bajo el nombre de aguamiel o, si se fermenta, pulque. Esta es una bebida alcohólica cuyo origen prehispánico se pierde entre mitos y leyendas pero que sigue consumiéndose hoy en México. Será descomponiendo los carbohidratos de la savia como se llega al sirope, también llamado jarabe o miel de agave por su textura.
Las posibilidades del sirope de agave en la cocina
El sirope de agave tiene un alto poder endulzante, lo que lo convierte en una buena alternativa al azúcar refinado. Con menor cantidad de sirope de agave, tenemos el mismo o más sabor. Con otra ventaja además sobre el azúcar: el agave posee menor índice glucémico. Este es la velocidad a la que nuestro cuerpo absorbe glucosa. Es más baja en el sirope que en el azúcar. Eso facilita que sacie más que aquella. También está aconsejado, por algunos nutricionistas, para personas diabéticas.
El uso del sirope de agave en la cocina es variado. Uno de sus lugares preferentes es en la repostería casera. Ahí este endulzante saludable se erige protagonista de, por ejemplo, recetas de galletas de chocolate, tartas de queso o zanahoria o bizcochos integrales. También, claro está, como cobertura para una buena merienda a base de tortitas. Y podemos incluso probarlo como complemento a yogues o batidos.
Por si fuera poco, su presencia en nuestra mesa no acaba ahí. El sirope de agave es el endulzante utilizado en el tomate frito ecológico de Helios, que además está libre de gluten. Esta innovación le da al sabor de este acompañamiento tan utilizado el toque dulce de toda la vida pero de una manera más saludable. Y, por supuesto, con el mejor aceite de olvida obtenido también a partir de la agricultura ecológica.
Como sabes, a nosotros nos encantan las historias sorprendentes de la cultura culinaria. Y esta es una de ellas, ya lo has visto. La de cómo una planta tan particular como el agave acaba formando parte del toque maestro que le das a algunos de tus platos caseros clásicos. Si la próxima vez que eches tomate frito ecológico a la pasta o el arroz te viene a la cabeza el desierto mexicano, ya sabes por qué.