Son tomates de Extremadura, tomates como los del campo de Agustín, en Cáceres, aquellos que dan sentido a nuestro compromiso con el origen. Porque hay manos que saben hablar con la tierra y consiguen que esta, en un agradecimiento ancestralmente generoso, le devuelva los mejores tomates posibles. Los que encuentras en todas nuestras salsas. Esas que tienen el sabor inconfundible de la cocina tradicional de toda la vida.
Sabiduría, cariño y hábitat únicos: el secreto de los tomates de Extremadura
Esos tomates se benefician de la sabiduría profesional y el cariño que les dispensan personas como Agustín. Con ellas está firmemente comprometido Helios porque solo su buen hacer es capaz de mantener nuestros principios de tradición, cultivo local y máxima calidad en la mesa. Son ellos quienes, como dice nuestro lema, se manchan las manos para que tú puedas chuparte los dedos.
Las manos de nuestros agricultores son fundamentales. Pero también nuestros alimentos disfrutan de un clima perfecto para su crecimiento, ya que recogen el sol que caracterizan las horas diurnas de Extremadura durante gran parte del año, y también el frío de las noches de esta tierra de interior. A los tomates extremeños les acompañan en el cacereño Valle del Jerte higos verdes y moras que en Helios conocemos bien. Las aguas del río Guadiana les sirven a estos frutos de la mejor banda sonora posible.
Toda esa vida es la que da sentido al contenido de nuestros productos de tomate. Aquellos en los que confías desde hace décadas tanto para el más elaborado de tus platos como para sacarte a ti y a los tuyos de un apuro. Tanto para celebraciones familiares con muchos invitados como para la batalla del día a día.
Hay experiencias que consiguen conjuntar historias, olores, texturas y sabores. Una de ellas es la de sumergirse en el universo de las salsas con tomate que trabajadores de las materias primas como Agustín hacen posibles en nuestro catálogo.
El tomate de siempre, mejor que nunca
Nuestros tomates dan lugar a productos deliciosos pero también únicos. Por eso los clasificamos, para mantener su personalidad, en tomates fritos, pistos, salsas y recetas tradicionales de Don Gaspar. Ah, y no nos olvidamos de los prácticos envases de tomate para untar y de ketchup.
Pero si hablamos de los platos fuertes, tenemos que hacerlo de los tomates fritos, con hasta cinco variedades. El clásico con aceite de oliva no necesita presentación: en él encontrarás entre 3 y 6 tomates de campos como el de Agustín. El artesano y el casero mantienen toda la tradición, mientras que el ecológico, debidamente certificado prueba nuestro compromiso con la agricultura sostenible y el planeta. La receta mediterránea es nuestro homenaje a un estilo de vida saludable más necesario que nunca.
El pisto tiene la virtud de ser uno de los platos con más carácter de una gastronomía tan importante a nivel mundial como la española. Nuestro pisto casero con las mejores hortalizas recoge esa herencia. Y con respecto a las salsas, tres apuestas ganadoras en cualquier mesa. La boloñesa y la napolitana para tus pastas y la salsa de pizza para las cenas favoritas de los más pequeños.
Generaciones unidas en torno a un aroma: eso es lo que consiguen las recetas de Don Gaspar. En ellas están condensadas década de conocimiento y carió a la hora de cocinar platos que rebañamos hasta dejar relucientes. Por eso en Helios conservamos todo ese respeto a una tradición más que centenaria con los tomates fritos, el sofrito, el pisto y la salsa de tomate con ternera guisada a la manera de Don Gaspar. Con tomates de los campos de Extremadura. Tomates como los que recogen manos como las de Agustín.