“Viernes de pizza”, sí. Porque, a veces, las mejores tradiciones puedes empezarlas tú mismo. En casa, con los tuyos. Uno de los mejores días, y el principio del fin de semana, junto una de las comidas más apetitosas para todos. La alianza es insuperable.

Toda la semana trabajando. Haciendo las tareas imprescindibles de mantenimiento de la casa. Y los niños, acabando los días lectivo y deseando, más que otras noches, una cena rica. Quizá incluso como premio a algún buen examen hecho esa semana. Está claro que las noches de los viernes son un buen momento para gozar en familia en torno a la mesa.

Por otro lado, la pizza es la comida más extendida en el mundo. Mucho ha llovido desde que el rey de Italia Umberto I y su mujer Margarita de Saboya visitaran la ciudad de Nápoles en el año 1889. Una visita que cambiaría la historia de la gastronomía mundial, cuando el pizzero Raffaele Esposito tuvo una brillante idea.

Le sirvió una pizza a la reina Margarita, una que hoy es conocida mundialmente. Sus ingredientes en origen eran albahaca, queso mozzarella y tomate, y aquellos colores hacían referencia a la bandera italiana: verde, blanco y rojo. Nacía así la “pizza margarita”, o “margherita”, si la pides en Italia.

A partir de ahí, la pizza se populariza dentro del país. Y sale del mismo a través de la inmigración italiana en Estados Unidos, principalmente en Nueva York. Y de ahí al éxito planetario, pues en la actualidad se estima que se consumen en todo el mundo unos cinco mil millones de pizzas al año. Casi nada.

Cocinando juntos la pizza casera de los viernes

El tomate es un ingrediente fundamental de la pizza. Ten a mano un frasco de nuestra salsa para pizza, será algo que necesites junto a los ingredientes que prefieras. O prefiráis, mejor dicho, porque este es un trabajo en equipo. ¿Qué es lo segundo mejor después de comer una pizza? En efecto: cocinarla juntos, prepararla en familia.

Aquí van unos cuantos consejos para esa preparación en equipo. Piensa junto a los más pequeños qué llevará la pizza, tomando juntos de la decisión se sentirán más implicados al participar directamente. Trata, eso sí, de incluir alimentos que a veces les cueste comer a los niños, como quizá verdura, es una buena oportunidad porque seguro que con la pizza es más fácil.

Repartid las tareas para una buena organización, cada uno se responsabiliza de lo que tiene asignado y respeta el espacio de los demás. Sustituid la televisión por la música para concentraros mejor. Y, mientras la pizza está en el horno, que todo el mundo se asegure de que la cocina queda recogida. Merece la pena todo el esfuerzo mientras el olor de la pizza va impregnando toda la cocina… ¡qué hambre!

Ah, y en cuanto a ideas, tomad nota porque aquí van algunas apuestas ganadoras. ¿Qué tal una clásica 4 quesos con las especialidades fontina, emmental, gorgonzola y por supuesto mozzarella? ¿O una ligera de tomate fresco, rúcula, mozzarella y orégano? ¿Quizá algo más original como estas minipizzas de mermelada de higo y jamón? ¡Imaginación al poder!